Castillo de Santa Bárbara
El castillo de Santa Bárbara es uno de los símbolos de la ciudad de Alicante. Situado en pleno centro, desde la playa del Postiguet se puede apreciar su perfil, conocido como la cara del moro. Desde arriba podemos ver unas espectaculares vistas de toda la ciudad de Alicante, con el puerto en primer término.
Este castillo fortaleza ha tenido una rica historia desde que los musulmanes lo construyeron allá por el S.IX. Ha sido testigo de muchas guerras y contiendas. Hasta que no se conquistaba el castillo, no se conquistaba la ciudad.
Ha tenido muchos usos y remodelaciones en su más de once siglos de historia, quedándose ahora delimitado en tres partes bien diferenciadas. La parte más nueva, con la construcción de dos rebelines, el albacar dèn mig y el de dalt. El MUSA, museo de la ciudad de Alicante, nos adentra en la historia de la ciudad a través de exposiciones en algunas salas del castillo.
Muy agradable dar un paseo por el interior de la fortaleza y tomar algo en alguno de los kioscos o en el bar que existe dentro del castillo. También puedes contratar una visita guiada, 3 euros para adultos, gratis niños y jubilados, que te permitirá ver los calabozos y el antiguo aljibe, cerrados al público en general.
El castillo de Santa Bárbara ocupa una extensión de unos 400.000 metros cuadrados. Se encuentra situado a casi doscientos metros del nivel del mar, sobreuna mole rocosa llamada Monte Benacantil. Está en pleno centro de Alicante, lindando con la playa del Postiguet, el casco antiguo de la ciudad y la prolongación de la calle Alfonso el sabio. Por eso el acceso es muy sencillo.
Puedes llegar andando, en coche e incluso en autobús. En autobús puedes subir con el turibús, el autobús turístico que tiene parada en el aparcamiento del castillo. En coche también es posible subir, por la carretera que se coge en la calle Vázquez de Mella, la prolongación de Alfonso, el sabio, antes de llegar al hotel Maya y a la parada subterránea del Marq del tranvía, viniendo desde el centro de Alicante. En la parte baja del castillo hay aparcamientos gratuitos. A pie puedes subir por el ascensor que hay frente a la playa del Postiguet (2,40 la subida, gratis el bajar) o andando a través del parque de la Ereta, por el casco antiguo, por las murallas o por el parque de La Tuna, al principio de la avenida Jaime II. Un paseo muy agradable.
De su construcción islámica como alcazaba en el siglo IX prácticamente no queda nada debido a sus continuas remodelaciones a lo largo de la historia. Cuando Alfonso X el sabio recuperó la alcazaba en el S.XIII y hasta casi el siglo XV fue una fortaleza cristiana. A partir del S.XVI sufrió su más profunda transformación para pasar a ser una fortificación abaluartada, como la conocemos hoy.
Vamos a repasar todas las dependencias del castillo empezando por la zona alta, conocida como el macho del castillo. Esta zona es una gran explanada actualmente, y es donde se encontraba la alcazaba medieval. Se derribó y se rellenó todo el foso para dejar una gran terraza donde ubicar toda la artillería necesaria para la defensa. De esta parte destacan las vistas sobre toda la ciudad, el campo y el mar, con la garita de la campana en un extremo vigilando toda la costa y posando para todos los turistas que la visitan y los cañones defensivos entre los torreones.
Descendiendo, pasamos por la que era la Casa del Gobernador, con tres estancias ahora convertidas en Museo de la Ciudad. Por una gran puerta, que era por donde se entraba a esta antigua alcazaba medieval, podemos ver la Sala Larga primero y el Antiguo Hospital, ahora también salas del MUSA. Por debajo de ellas un foso, y siguiendo el foso o el camino, llegamos al albacar d’en mig protegido por cuatro torres y que es donde se solía refugiar la población en caso de ataques.
En el albacar d’en mig destaca el edificio del Cuerpo de Ingenieros, donde ahora está el centro de visitantes, con los calabozos a un lado y la Torre de Sant Jordi y la Torre de Santa Catalina, la más alta, en el otro.
Separadas también por un foso llegamos al albacar vell. En plena bajada, donde ahora se encuentra la tienda de venta de recuerdos estaba el almacén de la pólvora.Si nos dirigimos hacia la muralla que da al mar veremos las ruinas de la Tahona, donde se pueden ver algunas ruedas para moler. A continuación, vigilando el mar, el Baluarte del Rey. Seguimos descendiendo y llegamos a la parte más reciente del castillo y más importante, ya que abandonada la parte alta del castillo, la medieval, a partir de un nuevo Patio de Armas, se levantaran los nuevos edificios, la ermita de Santa Bárbara, de la que sólo quedan restos, el Cuartel de la Tropa,hoy salón Felipe II y el edificio del Cuerpo de Guardia. En el mismo patio de armas vemos los ojos del enorme aljibe que hay debajo. También están los calabozos y junto al mar, el baluarte de la reina, donde hay un kiosco y mesitas para tomarse un refrigerio.
A la salida del patio de armas podemos ver lo que era la taberna, ahora sala de exposiciones, y dos últimas estructuras defensivas, el baluarte de Santa Ana y el Revellín del Bon Repos, final de la carretera de la entrada al castillo, y la construcción más moderna.
Aunque hay asentamientos muy antiguos en las faldas del castillo, su construcción original es musulmana y data de finales del Siglo IX, un siglo después de que la ciudad romana de Lucentum pasara a manos islámicas con el nombre de Medina Laqant. Como era normal en las ciudades islámicas se construyó una alcazaba o recinto fortificado. Se hizo sobre una mole rocosa, el monte Benacantil, de muy difícil acceso y con un valor estratégico muy importante, ya que, construido junto al mar, dominaba toda la bahía y también toda la huerta de Alicante y poblaciones de alrededor. Era una fortaleza casi inexpugnable con muchos edificios en el interior.
Fueron varias las revueltas y sublevaciones que se produjeron en el periodo islámico, pero el 4 de diciembre de 1248, día de Santa Bárbara, Alfonso X, el sabio, rey de Castilla arrebataba la plaza a los musulmanes. En 1296 es Jaime II de Aragón el que, con tropas aragonesas y catalanas, arrebata la fortaleza a los castellanos defendida por el entonces alcaide D. Nicolás Peris, que defendió con su vida el castillo y al que tuvieron que cortar la mano una vez muerto para arrebatarle las llaves de la fortaleza. En la subida hacia el macho del castillo tiene una pequeña escultura.
En la segunda mitad del siglo XIV se produjeron cruentas guerras territoriales y fronterizas en la guerra de los dos Pedros, Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón. La ciudad de Alicante, en la frontera de los dos reinos vivió varios y sangrientos conflictos siendo ocupada por los castellanos, que finalmente la devolvieron. El castillo fue testigo de estos enfrentamientos.
Carlos I, ya rey de Castilla y Aragón, lo fortifica y su hijo Felipe II entre 1560 y 1580, aprovechando la riqueza procedente de América, hace una gran reforma en todas las dependencias, dejándolo casi como hoy lo conocemos. Fue Juan Bautista Antonelli, arquitecto italiano autor de varias obras en la región de Alicante, como la mayoría de las torres vigías que todavía pueblan nuestra costa, la torre de Santa Faz, el castillo de Benidorm y de Moraira, el pantano de Tibi…el encargado de hacer prácticamente nuevo el castillo y más acorde con los tiempos que corrían. Entonces el peligro también venía por el mar con los piratas berberiscos.
Un siglo después en 1691 es bombardeado y tomado por los franceses. Durante la Guerra de la Sucesión, entre borbónicos partidarios de Felipe V y austriacistas partidarios del archiduque Carlos, el 7 de septiembre de 1706, los aliados ingleses toman el castillo, hasta entonces en manos francesas que apoyaban a los borbones. Dos años después en diciembre de 1708 los franceses ocupan la ciudad, refugiándose los ingleses en el castillo. En esta época ocurrió el hecho más importante en la historia del castillo. Para buscar la rendición, construyeron una mina de unos 20 metros de profundidad que llenaron de pólvora. Tres meses después y tras varias invitaciones a la rendición, incluso invitando al comandante inglés a que viera lo que le tenían preparado, el 4 de Marzo explotó la mina, causando mucho daño al castillo y al ejército inglés.
Otro suceso importante se produjo el 28 de enero de 1844 cuando el coronel oscense Pantaleón Boné, comandante de los carabineros, tomó el castillo de Santa Bárbara y la amurallada ciudad de Alicante junto a liberales progresistas para levantarse contra el giro autoritario que el gobierno liberal del General Espartero estaba adquiriendo. Estableció su cuartel en el castillo de Santa Bárbara donde alojó a gran parte de la tropa y a los prisioneros. El alzamiento, iniciado en Alicante, no pudo extenderse al resto de España y, la ciudad fue sitiada por tierra y por mar, por donde se bombardeó la ciudad. El 8 de Marzo de ese mismo año Pantaleón Boné es fusilado junto a 23 de sus hombres en el malecón del puerto.
El 27 de septiembre de 1873 fue la última vez que el Castillo de Santa Bárbara usó sus defensas. Fue durante la Primera República para repeler el ataque de la fragata blindada Numancia que junto con la Méndez Núñez y el Fernando el Católico, en poder de los cantonalistas cartagineses, bombardearon durante siete horas la ciudad y el castillo.
En 1893 se desartilló el castillo, ya sin ningún valor militar. Se fue deteriorando con el paso del tiempo y ya sólo sirvió como alojamiento para enfermos por la peste y el cólera y como prisión, sobre todo durante la guerra civil española donde primero recluyeron a prisioneros afines al bando Nacional, y posteriormente a prisioneros afines a la Segunda República, la mayoría procedentes del puerto de Alicante y del campo de concentración de Los Almendros.
En 1929 pasó a ser propiedad de la ciudad y en 1961 declarado Monumento Histórico-Artístico, abriéndose como lugar turístico. En 1963 se inauguran los ascensores. Desde entonces, poco a poco se van haciendo reformas.
En las distintas salas del castillo se han ido recogiendo momentos de la historia de la ciudad de Alicante. La ciudad y el castillo han ido ligadas a través de los tiempos, ya que no se daba por conquistada la ciudad hasta que no se conquistaba el castillo, que muchas veces servía de refugio para los habitantes de la ciudad.
El edificio del Cuerpo de ingenieros acoge el Centro de Recepción de Visitantes, en el que puedes ver un audiovisual de animación sobre la historia de Alicante y un recorrido por las diferentes épocas de la historia de la ciudad. Justo al lado en las llamadas Cuevas de los Ingleses se narra quizás el acontecimiento más terrible de la fortaleza “La Explosión de la Mina” con paneles y un curioso y didáctico audiovisual. Si subes hacia el macho del castillo en el Antiguo Hospital se encuentra la exposición “Alicante traspasada de Mediterráneo”, que muestra la vinculación de Alicante con el Mediterráneo, a través de materiales antiguos de pesca, ánforas y citas sobre la ciudad.
En la Sala Larga, justo a continuación, la exposición “Historias y personas” permite a los visitantes conocer a muchas de las personas que han formado parte de la historia de la ciudad, muchos de los apellidos más comunes, así como escudos de familias alicantinas. En lo que era La Casa del Gobernador, se expone una maqueta del castillo y cartas naúticas, mapas y planos antiguos de la ciudad. En la sala contigua, estandartes y armaduras.
En el foso del castillo que separa el patio de armas y la parte alta del castillo excavada en la pared se encuentra la cuadra que utilizaba hasta no hace mucho el burro que se utilizaba para todas las tareas del castillo. Junto a la plaza de armas, en los antiguos calabozos se puede ver el » El espacio del dolor» donde se proyecta un audiovisual que recoge los usos que ha tenido el castillo para los presos. Debajo de esta plaza se encuentra el impresionante aljibe renacentista con capacidad para más de un millón de litros de agua, y que recogía toda el agua que caía sobre el castillo.
Castillo de Santa Bárbara. Alicante.
Dirección. calle Jovellanos, frente playa Postiguet.
(+34) 965 15 29 69
Acceso. Gratuito. Por carretera, frente a parada del TRAM del MARQ, C/ Vázquez de Mella,
o andando por el parque de La Ereta o parque de La Tuna.
Horario. Abierto todos los días.
Horario ascensores. 10:00 a 20:00 h.
Último ascensor subida. 19:20 h.
Último ascensor bajada. 19:40 h.
Precio.2’40 €
Invierno. 1 de octubre a 31 de marzo: de 10:00 a 20:00h.
Verano. 1 de abril a 30 de septiembre: de 10:00 a 22:00h.
(+34) 966 377 034
Hay cascos para seguir las indicaciones, visitas guiadas, dos pases mañana, dos por la tarde,
ocho al día los fines de semana y visitas teatralizadas en verano por la tarde.
En la web del castillo y en el teléfono de arriba te informarán.